La otra cara de una institución

El Servicio nacional de menores o mejor conocido por sus siglas SENAME, es una institución gubernamental dirigida a la protección de los derechos infantiles y de adolescentes en situaciones críticas que amenacen contra sus derechos o hayan infringido la ley. Este es un proyecto nacido por el decreto de ley Nº 2.465 creado el 10 de enero de 1979 para entrar en vigencia y funcionamiento el 1 de enero de 1980. Una institución dedicada a cuidar de los más necesitados por distintas circunstancias, encabezada por un gobierno, dependiente de un ministerio y de los derechos humanos, hasta aquí todo bien con su descripción, pero realmente este es solo el inicio para ahondar en el verdadero infierno en la tierra llamado, Sename.

Las críticas y denuncias siempre estuvieron, ya fuera por parte de vecinos quienes vivían cerca de un establecimiento Sename, o de propios sobrevivientes del mismo, pero como ocurre con muchos casos en Chile esto siempre ha sido minimizado o directamente no tomado en cuenta. No fue hasta el año 2016 en el que, el caso de Lissette Villa el mismo que conmocionó a todo un país fue uno de los máximos exponentes para visibilizar la serie de irregularidades y precariedades de esta macabra institución.

Era un 11 de abril del 2016, cuando a pocos días de cumplir 12 años, Lissette Villa muere producto de un paro cardiorrespiratorio en uno de los hogares del Sename, quien horas antes había sufrido una “descompensación” psico-emocional la cual ningún funcionario a cargo pudo controlar. Cuestiono ¿Por qué una institución supuestamente especializada, con profesionales a cargo no pudo evitar una tragedia de esta magnitud?; He aquí la respuesta, citando las palabras dichas por, Mónica Monje, ex directora de CREAD Galvarino (hogar en el que Lissette habitaba), “En el CREAD Galvarino no se cuenta con un pediatra de jornada completa aun cuando albergaba, al momento de fallecer Lissette, a más de 120 niños entre los 6 a 12 años. Después de las 18:00 horas y los fines de semana, no se cuenta con profesionales de la Salud (…) No existe convenio con ambulancias ante una emergencia y tampoco se cuenta con técnicos en enfermería capacitados en primeros auxilios”.

Esta declaración nos deja completamente claro que hogares del Sename son totalmente abandonados, los niños son dejados a merced de la suerte, no tienen una salud digna a pesar de que es un derecho humano fundamental (Algo irónico considerando que están asociados con esta institución), que no son competentes para manejar situaciones de este calibre, lo cual nos deja en evidencia como el gobierno y el ministerio a cargo no se preocupa de pagar a profesionales permanentes para que lleven un completo seguimiento de la salud de los chicos y chicas , nos deja claros que no hay fiscalización u interés por parte de nadie con las situaciones que ocurren en el mismo, pero ¿Hasta cuando esto tendrá que ser así? ¿Hasta cuando ocurran mas desgracias y ya sea tarde para arreglar los daños?

Como si fuera poco, el caso ya planteado fue la punta del iceberg para que se nos revelaran cosas más turbias, como lo son las violaciones, abusos sexuales, los maltratos físicos y psicológicos que ocurren en estos hogares, de aquí es como nace el informe dictado por la PDI cuyo fue ocultado y no tomado en cuenta hasta el día de hoy revelándonos unas tristes estadísticas que informan: “en 2017 la policía registró 2.071 casos de violencia y maltratos graves –incluyendo 310 agresiones de “connotación sexual” – en hogares del Sename”. Algo fuerte, algo que a cualquier persona normal le preocuparía, cualquier persona investigaría o intentaría dar una solución, cualquier persona menos los grandes mandos y sus afiliados. ¿Porque si el Sename debe ser ese cable a tierra para los niños que de por si les tocó vivir una vida complicada, no lo es? ¿De qué sirve sacarlos de un problema para meterlos a otro igual de drástico o peor? ¿Qué les da el derecho de aprovecharse de los desamparados y de los que no se pueden defender?, ¿Por qué dejarlos mal psicológicamente y arruinarles la vida permanentemente? Este es el concluyente resultado de la cultura de desprotección que a recaído sobre el Sename todos estos años, esa cultura que necesita ser totalmente reformada y por fin tomada en cuenta.

Tráfico sexual, tráfico de drogas, prostitución, tráfico de órganos, venta y adopción ilegal de menores son pocos de los otros delitos que se le han asignado a esta mórbida institución, de los cuales no hay suficientes pruebas, pero si testimonios que abundan, madres, padres, ex trabajadores del Sename, propias victimas de este, lanzan al aire sus experiencias las que son calladas y silenciadas, pero que con un poco de paciencia e interés sobre el tema siempre puedes encontrar fácilmente por varias redes sociales, cuyos no se dan a conocer en medios de comunicación masivos pero que existen, y conforman la imagen de lo que actualmente es el Sename, junto a su verdadera realidad.

Muchos critican a los niños que habitan en estos hogares, muchos solo ven la parte visible, pero pocos son los que se ponen en el lugar de ellos, nunca sabremos lo que han sufrido, visto o vivido, no somos quienes para juzgar como su niñez fue tratada, tal vez ellos tomaron malas decisiones, tal vez sus acciones nunca fueron las mejores, pero nunca sabremos con los demonios internos que tuvieron que lidiar o con las soluciones que tuvieron que adoptar.

El Sename está en crisis, el Sename es al peor lugar donde cualquier persona puede llegar, por mucha polémica que gire en torno a este nunca se hace nada al respecto, ya es hora de tomar cartas en el asunto, ya es hora para que deje de ocurrir todo lo previamente descrito, es hora de que la institución tome su verdadero propósito y ponga fin a todos estos actos atroces que ocurren en él.

Porque esta es la cruda realidad de la cárcel de menores, oficialmente apodada, Sename que, a ti como niño, ¿Te gustaría vivir?.

Fernanda Salas.